jueves, 6 de agosto de 2009

Febrero-Marzo. Finlandia

Lo primero que uno se encuentra en Helsinki nada más bajarse del autobús que te lleva desde el aeropuerto al centro, además de a Piombino, son dos o tres tipas (no precisemante feas) vestidas con traje de fiesta cayéndose por el suelo en medio de un paso de peatones congelado mostrando un evidente estado de embriaguez (eran las 12h. de la noche, da). Si amigos, lo primero que vi en Helsinki es exactamente lo que Piombino me dijo que "había estado padeciendo" durante meses.

Helsinki es una ciudad muy curiosa: es una ciudad con arquitectura extremadamente limpia. La ciudad es prácticamente nueva y, pese a que su fundación data de 1550, pocos edicifios tienen más de sesenta años. Esto se debe al período de guerras y ocupaciones que ha tenido a lo largo de los últimos doscientos años. La ciudad fue fundada como colonia sueca, de hecho el sueco es todavía es lengua oficial (Helsingfors es su nombre en sueco), y la relación con Suecia es muy estrecha en cuanto en lo económico y lo social (por ejemplo todo aspirante a miembro del parlamento de finlandés ha de ser bilingüe finlandés-sueco). Después a principios del s. XIX tras la Guerra Finlandesa pasó a manos del Zar de Rusia. Pero el período de guerras no terminó aquí, durante La Gran Guerra (I G.M.) estalló la Guerra Civil Finlandesa, con un bando pro bolchevique y otro apoyado por el Imperio Alemán, este último fue el que resultó vencedor. Durante la II Guerra Mundial, Finlandía luchó contra la U.R.S.S. Todos estos eventos hicieron que la ciudad de Helsinki fuera quemada y desturida varias veces (aunque en ninguna de las ocasiones se destruyó la ciudad en su totalidad) lo que provoca el aspecto nuevo que tiene.

Parecía que venir de los -10ºC de Sofía a los -10ºC de Helsinki apenas iban a suponer diferencia, pero si que la supuso. El frío de Helsinki (frío nórdico) no tiene tanto que ver como el que experimentamos en Sofía (frío continental). ¡¡Pero si incluso el Mar Báltico estaba todo congelado y, como puede verse se podía caminar sobre él!!. Se podía andar por trozos de agua salada que a partir de primavera no es más que mar con sus olitas y todo. El frío finlandés se mete en los huesos y es muy difícil que salga además las escasas horas de luz tampoco ayudaban a entrar en calor.

Este calor deseado es fácil de alcanzar con un factor importante en este país: el alcohol. Finlandia es conocida por sus muebles de diseño, sus miles de lagos y porque su población tiene una gran simpatía por el alcohol. Evidentemente esto ha provocado graves problemas sociales (más allá de esas chicas volcando en el paso de cebra del principio) que han llevado al estado a una severa política de control. Muestra de ello es ALKO, una empresa 100% estatal que es el único distribuidor de alcohol de alta graduación del país, un hecho que me resultó curioso y que luego he descubierto que existe en lugares como Suecia, Canadá o algúnos estados del imperio yanki.


Otra curisidad para un expatriado en la humilde Bulgaria, es el nivel de vida y servicios de este país. En Finlandia se puede pagar con tarjeta hasta una gominola, hablan inglés hasta las cajeras del LIDL, los transportes públicos son modernos y eficaces, etc. Pero lo que más llama la atención es que las aceras de la calle más comercial de la ciudad ¡¡¡tiene calefacción!!!. Es decir se llega un punto-frontera en el que pasas del blanco de las calles aledañas a la acera desnuda de nieve (eso si mojada) de dicha calle. Si no recuerdo mal creo que en Sofía tenemos dos quitanieves para toda la ciudad (y casi siempre están averiadas). Curioso.


Una vez ya apurada la vida dirurna (y sobre todo la nocturna, ¡Pimobino, vaya vida nocturna!) de Helsinki, el último día de estancia en Finlandia y aprovechando que a Danilo le tocaba currar ese lunes, el siguiente destino fue Porvoo (a 2hs de autobus de la capital). Porvoo es la segunda ciudad más antigua de Finlandia y su fundación data de antes del s. XIV. Destacan sus casitas antiguas, bajas y de madera y en general el cuidado aspecto del pueblecito que además en invierno con la nieve le daba el típico aspecto de pueblito que aparece en cualquier fábula o cuento nórdico.



Paseando por el pueblo se puede llegar al cementerio (extraviándose un poco por un bosque, eso si). Los cementerios son bonitos. Lo que representa, la muerte y el culto a la muerte no es bonito, pero hay complejos en si que si lo son, por ejemplo cementerios celtas de las Islas de Aran en Irlanda o cementerio de Montparnasse de París. Cuando uno se encuentra solo, sin nadie a tu alrededor (ni un alma), durante un gélido día de febrero a -9ºC, todo lleno de nieve, dentro de un cementerio finlandés al que solo se puede acceder tras 10 de camino por el bosque, es una sensación rara, pero es una sensación de paz. El cementerio de Porvoo me parece uno de los más bonitos que he visto, quizás por las circunstancias mencionadas en la frase anterior. Comprendo que todo suena un poco macabro, pero no lo es.




1 comentario:

ender dijo...

Cojonudo.

Ademas que me encantan las imagenes con nieve!

Un abrazo hermano